Te veo mirarme a través de la habitación como nunca antes. Tus manos entienden el lenguaje de mi cuerpo y me hace conversar durante un tiempo. Sólo lo justo para que mi corazón ruede alrededor de esta luna que nos observa. No voy a poner resistencia ni tampoco seré el niño bueno que esperas, si es que aun esperas. Derretido en un plato que comes y que ambos saboreamos. Mi paladar se vuelve exigente y tu alimento me llena tanto que hiere. Las paredes de mi deseo se vencen y caigo en un deliro in extremis.
3 comentarios:
que manera mas poetica y bonita de explicar esa situacion...
como siempre, lo bordas.
un saludo desde Gijon....del admirador asturiano
me alegra saber q ya sabes como poner enlaces yo q siempre esperaba poder darte un toque para ayudarte cuando estuvieses delante del pc! bueno sabes q me tienes aky para eso y para todo lo q kieras eh?
un besazo rey
pd. disfruta de tus diitas libres
martha
una preguntita...tienes msn?
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