Me quedé en estado de "super hellou".

Acabaron las Navidades y me sentí genial que las fiestas terminaran y volver a Córdoba. Mi primer día de trabajo lo resolví bastante bien , me sentía motivado y tenía ganas de reencontrarme con Juan.
Tenía ganas de quedar con el, ya que habiamos estado todas las navidades hablando por whatsapp y comentándonos cosas por instagram. Pensé que esta vez todo podía fluir, lo veía diferente. No nos habíamos conocido por ninguna aplicación sino en el gym así que ya sabíamos a lo que nos enfrentábamos.
Quedamos ese mismo Lunes de mi regreso y lo invité a casa. La verdad es que me apetecía abrazarle y que se sintiera lo mas cómodo posible. Podría decir que vimos unas pelis y ya está, pero no sería verdad, supongo que me gustó bastante y nos aventuramos un poco más. El caso que eso no sería la anécdota sino que al día siguiente ya no se sentía lo mismo de motivado y la verdad es que no lo entendí porque a mi me demostró todo lo contrario.
Le mande un mensaje, me respondió seco y le volví a preguntar que le pasaba y me dice que es que yo fui muy a saco. Me quede en estado de "super hello what the fuck¡¡¡", si así de simple. A ver, si no querías hacer nada haberme dicho que no o haberme dicho que mas despacio o yo que se.
A partir del martes mi buen rollo se fue por el desahogue. Me sentí mal conmigo mismo porque en realidad pensé que habíamos conectado pero nuevamente estaba equivocado. Así que pensé que tenia como una piedra en la espalda y no me pude liberar de ella hasta tres días después. Por supuesto no hubo ningún mensaje más y pensé que lo mejor sería encerrarme en un convento y tirar la llave lejos, muy lejos. Luego me di cuenta que es un trabajo personal el que tengo que hacer para comprender la situación y que no me afecte demasiado. Afortunadamente no todo el mundo tiene que pensar igual y seguramente este más cerca de aquello a lo que intento aproximarme. Dice un proverbio chino que con paciencia y con saliva el elefante se la metió a la hormiga. Así que todavía existe esperanza.

Estaré bien no te culpo

Llevo tres meses sin saber de ti. Bueno quizás el decirte que no podía mantener una relación en la distancia ha tenido que ver, pero supongo que estas en tu zona de confort, con ese trabajo tuyo de lunes a sábado y esa plantificación de findes que era poco probable que pudieras hacerme un hueco.
Yo lo intente antes de irme y en aquel fin de semana traté de acercarme, sorprenderte, esperándote en la puerta de tu casa, pero tu reacción al verme sentí que no era lo mismo para ti. Más frio que un pingüino en la Antartida y sé que tu no eres nada frio.
En ese momento comprendí lo que quería decir tu amigo cuando te dijo que no me fueras hacer daño, pero yo que soy así de aventurero me adentre en la jungla y me picaron todos los bichos conocidos y sin conocer.
Sigo sin culparte porque entiendo que todos tenemos un proceso, la experiencia no fue la misma para ambos, pero si es verdad que mi corazón quiso ver algo diferente, para mí no eras pasajero, creo que te hubiera dicho que si sin dudarlo y yo pensaba que no era romantico y que ya estaba pasado de rosca pues me dí cuenta que no, que tengo un romanticismo selectivo dependiendo con quien.
Ahora mantengo más relación con tu compañero de piso, estamos en contacto por redes sociales cosa que contigo brillaba por su ausencia.
Durante estos meses cada persona que me encontraba me recordaba a ti, intenté besar tus mismos labios pero el hechizo sólo funcionaba contigo, que tonto soy no?.
Ya estamos a Enero y la verdad que los Reyes no te han traído de vuelta, pero estoy fuerte y supongo que eso es lo que hay. Que si quieres el desapego pues toma dos tazas.