Hijo de Sodoma(Sombras)

Dejo atrás el primer sendero y todo se vuelve mas oscuro. Es un sitio que esta oculto y la espesa alboreda dificulta la entrada a la colina. La tradición siempre ha intentado tapar aquello que no es grato, que es difícil de digerir.

Empiezo a observar las primeras tumbas. No hay una ordenación clara, unas más lejos que las otras, cómo si fueran pequeños montículos de arena que esconden secretos, historias que olvidar.

Veo pequeñas sombras que pululan cerca de estos enterramientos. Son figuras sin forma, que no tiene una imagen clara pero que se sienten vivas cuando te das cuentan que están ahí. Intentan la comunicación de una forma telepática pero sus informaciones no son útiles porque están apegadas a las cosas que dejaron estando vivas.

Yo hago como si no las sintiera, como si no las percibiera, pero se quedan pegadas a mi consciencia haciéndome sentir pesado y un poco revuelto.

Camino por este paisaje con estos árboles grandes, espesos, que parecen proteger este lugar de hiriente soledad y mis pies me conducen justo a la tumba de mi madre.Me pongo de rodillas, con las manos juntas en oración e intento el contacto con ella, pero no percibo nada ni su sombra esta presente.

Mi cuerpo siente su ausencia mas profunda.Recuerdo como mi padre golpeaba su frágil cuerpo a menudo. Día sí y día también, sin tregua ninguna para aquella mujer que me escondía para que el no me encontrara, para que sólo la pegara a ella. Yo era tan pequeño que solo podía taparme los oídos con fuerza, esperando que el silencio reinara en ese lugar, que calmara aquella furia descontrolada.

La ultima vez, cuando se hizo el silencio total, mama estaba tumbada en el suelo con la cara magullada por los golpes y tenia moratones por todo su cuerpo. Yo la besaba pero no reaccionaba y me di cuenta que tenia algo clavado en el costado izquierdo, una especie de filo de madera tan largo que la atravesaba de lado a lado .

Me quede a su lado sin moverme, petrificado, asustado, lleno de un dolor inmenso que destrozó mi corazón, que me dejo sin poder articular ningún sonido de auxilio.