Me iba a ir a la cama, pero cuando estaba dentro de las sabanas, el desaliento me visitó como sí quisiera sacarme de mi comodidad.Me habla de mi futuro incierto y de esos pajaros en la cabeza que mi padre siempre señala, expresando que tarde o temprano acabaran por nublar mi mente.
Me levanto corriendo y me pongo en el ordenador para escribir aquello que me oprime, para dejarlo libre,para darle espacio, para que no vuelva mas a mi cabeza y me pregunto qué estoy haciendo.¿Hacia donde me estoy redireccionando esta vez?.¿Hacia donde apunto?.
Tengo el reloj interno con un tic tac a punto de estallar y no se que cable cortar.¿Es el azul o es el rojo?.Tengo el corazón protegido para que no estalle en mil pedazos,pero quiero que entres en él mientras hablamos de las estrellas que nunca veremos,de aquella parte de la luna en la que a veces estoy.Tan oculto, sin brillo, esperando a que tu nave se pierda por aquí y me abduzca con su rayo verde.
Tengo miedo a que yo tengo mil años y tu solo tres o yo tres mil y tu un siglo.Tengo miedo a que todo sea una quimera y que al final me vaya de aquí con la cabeza baja y tu mirada diciendo que ya lo sabias,que los navarros nunca vuelan cometas pero yo sé que eso no es cierto porque los deseos vengan de donde vengan emiten señales positivas que neutralizan a las de menor grado.