Cada persona tiene sus estados, su propio espacio de interrelación.El me recordaba un sueño que se hizo realidad pero no era su momento y yo le esperaba con los brazos abiertos pero a veces las cosas no se dan. Me fui a casa con ganas de llorar, pero no me salía ninguna lágrima.Tuve pesadillas esa noche, pero no me daba cuenta que el milagro se había producido, porque por fin y a pesar del obstáculo nos habíamos reunido otra vez. El salto de generación es evidente y yo creo que no tengo la suficiente energía para aguantar ciertas cosas y el esta en plena ebullición. Demasiado para un corazón herido que viaja alrededor del aprendizaje. Me moría de ganas de besarle y de dormir en su casa,pero no era cuestión de confesarle nada porque se que eso no se iba a dar.Lo se tan adentro que duele. Me basta con haberle abrazado y sentir que ese noche nos hubiéramos besado pero me daba miedo el salto generacional y sentí que me lanzaba desde lo alto de la montaña sin ninguna otra opción que el suelo de hormigon de ese suelo que no me apetecía acariciar.
1 comentario:
Cuando el corazón lleva tiempo viajando, las heridas de su aprendizaje lo hacen ser cauto, pq sabe que el contacto con el suelo duele y de qué manera...
Pero creo que en ese aprendizaje tb sabe cuando es el momento de volar, de surcar el cielo con el suelo a kms de distancia, disfrutando del viaje mientras dure...
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