Salí de clase y hacia tan buen tiempo que decidí que era necesario caminar para respirar el aire renovado de esta ciudad diminuta.Me daba pereza cruzar el puente hacia mi casa y derepente mire hacia un lado y ahí estaba el con su coche desastroso que me invitaba a entrar, asi que me monté sin dudarlo. El coche estaba todo revuelto con miles de papeles, muñequitos de niño pequeño y olor a bebe. Me dí la vuelta y ahí estaba su niño pequeño de no mas de 3 años.Lo acababa de sacar de la guardería porque había devuelto y quería llevárselo a casa y que le revisara el pediatra.
Yo no sabría descubrir lo que sentí en aquel instante pero de repente quise ser ese niño pequeño y quise que el hubiese sido mi padre.No sé por qué sentí eso en ese momento,pero me identifique con aquel niño y de repente quería abrazar a su padre ejejejejeejejej y no soltarlo.¿ Qué diría Simón freíd de esto?.
Semanas extrañas. David paso como una exhalación por mi vida, pero tan pronto como entró salió disparado presa del virus Navarro. Le duró 5 días en cama a base de mucho cariño y comprension, pero la verdad es que me lo pasé muy bien.Lo malo es que me fui a Madrid con cara de no entender bien la lección, pero dando gracias por la experiencia.
1 comentario:
No sé lo que diría Freud, lo q sí sé es q muchas veces nos gustaría ser como niños, dar y recibir amor sin tener que pensar en nada más, sin explicaciones ni complicaciones. Ojalá la vida de los adultos no se contaminara y fuese más sencilla...
A veces la razón no alcanza a comprender pq suceden las cosas, te ves inmerso en algo y de repente cambia el viento y te aleja. Tal vez es q no haya q buscar entenderlo todo, simplemente quedarse con lo vivido, sobretodo con lo bueno.
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